Cuando necesitaba un cuidador - Parte II

Jessica Mattila, MSW, LCSW

Desde que comencé a escribir estos artículos en septiembre de 2024, he estado reflexionando sobre mi diagnóstico y tratamiento de cáncer, y los paralelismos que comparte con la trayectoria de cuidado que han emprendido nuestros clientes (e incontables millones en todo el mundo).

El diagnóstico, ya sea cáncer, demencia o un evento agudo como un derrame cerebral, tiene peso y significa un cambio de lo que una persona era y la vida que imaginaba, hacia una trayectoria diferente. No pretendo simplificar todos los diagnósticos como si fueran el mismo camino; agradezco que, con un diagnóstico temprano y un tratamiento continuo, mi probabilidad de recurrencia del cáncer sea inferior al 10 %. Me debato con lo desconocido. "¿Y si, después de todo, vuelve?". Pero eso es para otro artículo. Un cambio esperado en la trayectoria de vida es significativo y nos llega a todos.

Como cuidador o persona que necesita cuidados, escucho sobre todas las decisiones que deben tomarse. ¿Quiénes son los ayudantes? ¿Brindarán apoyo emocional, de planificación, financiero y físico? ¿La ayuda será a distancia o en casa? ¿Cuánto tiempo puede durar su apoyo?

Después de que el diagnóstico se asentara, llegó el momento de planificar mi cirugía y mi recuperación. Tengo una hermana menor, que es mi mejor amiga incondicional. Sin dudarlo, aceptó volar desde Arkansas, donde vive con su esposo y dos hijos pequeños, y quedarse conmigo dos semanas.

Pensé en cuánto tiempo quería tomarme de baja médica y en muchas otras opciones para mi cuidado. Como cuidadora o persona que necesita cuidados, escucho todas las decisiones que deben tomarse. ¿Quiénes son los ayudantes? ¿Brindarán apoyo emocional, de planificación, financiero y físico? ¿La ayuda será a distancia o en casa? ¿Cuánto tiempo puede durar su apoyo?

Nunca antes me había sometido a una cirugía ni me habían extirpado una parte del cuerpo ni un órgano. Estaba explorando territorio desconocido.

Cuidar a una persona es similar a otras experiencias importantes de la vida, como las relaciones de pareja y la crianza de los hijos. Puedes leer sobre las experiencias de otros hasta hartarte (¡y ayuda!), pero nunca sabrás realmente cómo afrontarás un desafío o un cambio de rol en la vida hasta que te embarcas en él.

Me sorprendió lo tranquila y ligeramente eufórica que me sentí el día de mi cirugía. Había derramado tantas lágrimas antes de ese día que creo que mi cuerpo liberó endorfinas para darme un poco de paz antes del gran evento. Aquí, siento un ligero cambio en mi experiencia con respecto a la de un cuidador típico. Tenía un evento para el que prepararme pragmática y emocionalmente: una mastectomía. Después de un diagnóstico o de reconocer que la cognición de alguien ha cambiado más allá de una forma relacionada con la edad, puede ser un desafío conseguir apoyo y conciencia para el camino que se avecina. Tenía una hora y una fecha planeadas, y mi cuerpo sería diferente para siempre: ¡una clara señal de que necesitaría apoyo!

En el próximo artículo, profundizaré en la desorientación y vulnerabilidad que sentí después de la cirugía, y cómo los cuidadores en mi vida me ayudaron a mantenerme conectado y arraigado a mi nueva realidad.