Mantenerse saludable este invierno: una guía para los cuidadores
- Health Projects Center

- 18 nov.
- 4 Min. de lectura

El invierno trae consigo un mayor riesgo de enfermedades, especialmente para los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados. Como cuidador, proteger tanto la salud de su ser querido como la suya propia es fundamental para mantener una atención de calidad durante toda la temporada.
Comprendiendo los cambios en el sistema inmunitario
El sistema inmunitario es una compleja red de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para defender el cuerpo contra infecciones y enfermedades. A medida que las personas envejecen o padecen enfermedades crónicas, su respuesta inmunitaria se debilita naturalmente, lo que las hace más susceptibles a enfermarse. Además, las vacunas, como la de la gripe, pueden no brindar el mismo nivel o duración de protección en personas mayores o inmunodeprimidas.
Esto hace que las estrategias de prevención sean especialmente importantes durante los meses de invierno, cuando las enfermedades respiratorias circulan con mayor frecuencia.
Creando un ambiente limpio y saludable
Limpieza de superficies de alto contacto: Desinfecte regularmente las superficies que se tocan con frecuencia, como manijas de puertas, interruptores de luz, controles remotos, pasamanos y encimeras. Use toallitas desinfectantes o soluciones de limpieza aprobadas por la EPA.
Desinfección adecuada: Los CDC recomiendan preparar una solución de lejía mezclando 5 cucharadas (1/3 de taza) de lejía con 1 galón de agua a temperatura ambiente, o 4 cucharaditas con 1 cuarto de galón de agua. Asegúrese siempre de tener una ventilación adecuada al usar productos con lejía.
Ajuste la frecuencia de limpieza: Aumente la frecuencia de limpieza si alguien en su hogar tiene un sistema inmunitario debilitado o si hay alguna enfermedad circulando en su comunidad.
Fortalecimiento de sus defensas inmunitarias
Vacunación
Consulte con su médico sobre las vacunas recomendadas, incluidas las vacunas anuales contra la gripe, las dosis de refuerzo actualizadas contra la COVID-19 y las vacunas contra la neumonía para las personas que cumplan los requisitos. Mantenerse al día con las vacunas sigue siendo una de las estrategias de prevención más eficaces.
Factores del estilo de vida que favorecen la inmunidad
Sueño de calidad: Procure dormir entre 7 y 9 horas cada noche, ya que el sueño es fundamental para el funcionamiento del sistema inmunitario y la salud en general.
Nutrición equilibrada: Prioriza una dieta rica en:
Frutas y verduras coloridas (repletas de vitaminas y antioxidantes)
Proteínas magras (pollo, pescado, frijoles, legumbres)
Cereales integrales
Grasas saludables (frutos secos, semillas, aceite de oliva)
Hidratación adecuada: Bebe mucha agua durante todo el día. Limita las bebidas azucaradas y modera el consumo de alcohol, ya que ambos pueden debilitar el sistema inmunitario.
Control del estrés: El estrés crónico debilita el sistema inmunitario. Practica técnicas para reducir el estrés, como la respiración profunda, la meditación, el yoga suave o actividades relajantes.
Actividad física regular: Realiza al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana. El ejercicio favorece la circulación, reduce la inflamación y fortalece el sistema inmunitario. Puedes caminar, estirar, hacer ejercicios en silla o cualquier movimiento adecuado a tu condición física.
Dejar de fumar: Si fumas, consulta con tu médico sobre programas para dejar de fumar. Dejar de fumar mejora significativamente el sistema inmunitario y la salud en general.
Prácticas esenciales de higiene
Lavado de manos: Lávese bien las manos con agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos:
Antes y después de preparar o comer alimentos
Después de ir al baño
Antes y después de brindar cuidados personales a un ser querido
Después de toser, estornudar o sonarse la nariz
Después de tocar superficies compartidas en espacios públicos
Etiqueta respiratoria: Cúbrase la boca y la nariz al toser o estornudar con un pañuelo desechable y tírelo inmediatamente. Si no tiene un pañuelo, cúbrase con el codo en lugar de con las manos. Lávese siempre las manos después.
Cuando se presenta una enfermedad: Cuidados y seguimiento
Si alguien en su hogar se enferma, siga estos pasos:
Aisle cuando sea posible: Mantenga a la persona enferma separada de los demás miembros del hogar para reducir el riesgo de contagio.
Cuidados de apoyo:
Asegúrese de que descanse lo suficiente.
Fomente la ingesta de líquidos para prevenir la deshidratación.
Utilice medicamentos de venta libre para aliviar la fiebre y el dolor según sea necesario.
Mantenga la habitación fresca y bien ventilada.
Nota importante sobre la seguridad de los medicamentos: Nunca administre aspirina a niños o adolescentes menores de 19 años con enfermedades virales (como gripe o varicela), a menos que lo indique específicamente un médico. El uso de aspirina en jóvenes con infecciones virales se ha relacionado con el síndrome de Reye, una afección poco frecuente pero grave y potencialmente mortal.
Señales de alerta: Cuándo buscar atención médica
Para adultos
Consulte a un médico o acuda a urgencias si la persona presenta:
Dificultad para respirar o falta de aire
Dolor o presión persistente en el pecho
Vómitos intensos o persistentes
Confusión o dificultad para mantenerse alerta
Mareo intenso o aturdimiento
Síntomas que mejoran pero luego reaparecen con fiebre y tos más fuerte
Para niños
Busque atención médica inmediata si un niño presenta:
Respiración rápida o dificultosa
Coloración azulada o grisácea de la piel (especialmente labios o lechos ungueales)
Dificultad extrema para despertarse o mantenerse despierto
Irritabilidad o llanto inconsolable
Fiebre alta, especialmente con sarpullido
Signos de deshidratación (ausencia de lágrimas, boca seca, disminución de la orina)
Síntomas que mejoran pero luego reaparecen con fiebre y tos más fuerte
Cuidarse como cuidador
Recuerde que no puede brindar una atención adecuada si usted no se encuentra bien. Priorice su salud:
Siguiendo las mismas estrategias de prevención que implementa para su ser querido
Tomando descansos cuando los necesite
Solicitando ayuda a familiares o a servicios de cuidado de relevo
Manteniéndose al día con sus citas médicas y vacunas
Reconociendo los primeros síntomas de enfermedad y tratándolos de inmediato
Al implementar estas medidas preventivas y estar atento a las señales de alerta, puede protegerse a sí mismo y a su ser querido durante el invierno. Ante cualquier duda sobre los síntomas o el cuidado, consulte siempre con profesionales de la salud para obtener orientación específica para su situación.








